La Seguridad y la Salud en el trabajo debe ser un compromiso consciente de la sociedad y de las propias empresas. ¡La Cultura Preventiva vence y convence!
Hemos hablado con Estefanía Gil, Directora de la Fundación e-coordina, sobre la Seguridad y la Salud en el trabajo. Para ella, las empresas que se enfocan hacia la Seguridad y la Salud ganan siempre y jamás cambian ni se arrepienten. Su respuesta es siempre la misma: La Cultura Preventiva vence y convence.
¿Qué es la Seguridad y la Salud?
Seguridad y la salud es sinónimo de responsabilidad individual y colectiva. Es por tanto un compromiso de la sociedad con todos los actores que puedan tener influencia sobre cualquier aspecto que repercuta en el bienestar del individuo. A partir de aquí podemos debatir el cómo, aunque teniendo en cuenta que el cuándo, es SIEMPRE.
Así pues somos capaces de adaptarnos y evolucionar desde la innovación, a través de la investigación y de nuevos descubrimientos. Esto nos facilita en gran medida la evolución del individuo y la modernización de los diferentes entornos socio-educativos-laborales.
Desde el punto de vista empírico, y sin ser investigadora, me gustaría destacar una premisa que supone un común denominador en todos los procesos de investigación. Todo estudio se basa en hechos probados y, a partir de ahí, se establecen nuevas vías de investigación que acotan los procesos.
28 de Abril: Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo
Si hay un hecho probado, presente en todas las etapas evolutivas del ser humano, es que la seguridad y la salud es una cuestión humanitaria que afecta sin excepción a toda la humanidad. En cambio, no lo hemos validado como premisa fundamental en el mundo laboral. Hemos apartado la psicosociología como base de la prevención en favor de otros aspectos, también vitales e importantes, aunque no primarios.
Si una sociedad no toma conciencia de la importancia de la salud, difícilmente va a activar una seta de emergencia para prevenir, a menos que sea en modo reactivo ante una situación evidente. Y ahí ya es tarde. Porque ya no hablamos de prevención, hablamos de curación, de solucionar algo que no siempre se puede devolver a su estado inicial de salud.
Por esto celebramos el 28 de abril como el Día Mundial de la Seguridad y la Salud. De una manera simbólica recordamos que los accidentes y las enfermedades profesionales son una lacra evidente, una guerra encubierta con muchas víctimas, heridos y enfermos crónicos.
Debemos tomar conciencia. La seguridad y el cuidado de la salud se mueven con las conciencias, con la sensibilización, con la formación y con el entrenamiento de la salud mental. Tan importante y evidente, tras la reciente pandemia que aún colea en nuestra sociedad.
Cuando no prevenimos, cuando no creamos cultura preventiva solidaria y sostenible, sólo podemos esperar pérdidas: de salud, humanas, económicas, sociales, materiales, imagen, y un largo etcétera. Eso debería llevarnos a reflexionar. Las organizaciones que han apostado por la seguridad y salud de sus integrantes, la que les lleva a ganar siempre, jamás cambian ni se arrepienten. Mi respuesta siempre es la misma, la cultura preventiva vence y convence.
¿Qué ocurre en las organizaciones que apuestan por la Cultura Preventiva?
- El Clima Laboral es favorable
- Hay pocos accidentes y si, los hay, son leves.
- No hay enfermedades profesionales.
- No existen índices de absentismo relevantes.
- Se trabaja en equipo, las personas están motivadas y tienen sentido de pertenencia.
- Los procesos de selección son enriquecedores, no hay alta rotación de trabajadores, se llega a los objetivos y los números salen.
¿Qué figuras, dentro de las empresas, deben estar presentes en cualquier aspecto de la Cultura Preventiva de las mismas?
La figura del profesional de la seguridad y la salud, debe estar inmersa en cualquier aspecto y nivel de la sociedad. Es fundamental que estos profesionales dinamicen y cohesionen niveles jerárquicos en las organizaciones, que promuevan puntos de encuentro entre departamentos enfrentados por resultados. También que aúnen y sumen aliados en favor de la promoción de la salud. En definitiva que engrase los núcleos societarios para que entendamos que la salud es una responsabilidad de todos para todos. No de unos cuantos para el resto.
La responsabilidad individual aparece cuando tomamos consciencia de la importancia de la higiene mental y de la asimilación conductual de comportamientos seguros. Cuando nos damos cuenta de la importancia de consolidar climas laborales seguros y limpios. Es entonces y sólo entonces, cuando a través del enriquecimiento de una cultura preventiva solidaria y sostenible, aparecen los espacios seguros.
La psicosociología es el sostén necesario y primordial para enmarcar una cultura preventiva que vence y convence, que evoca la responsabilidad y el protagonismo individual dentro de un conjunto organizacional dinamizado y armonizado por reglas del juego saludables.
Desde los niveles de dirección han de apoyarse políticas evaluativas psicosociales que permitan conocer el estado de integración de las mismas, así como herramientas que midan el ambiente laboral en continuo, para prevenir desde origen.
De esta forma, las organizaciones priorizarán la prevención y se alejarán de acciones correctoras, mejorando la calidad del trabajo, haciendo uso de las nuevas herramientas, digitalizando los procesos, positivizando la cuenta de resultados, la competitividad y la mejora continua. Pero sobre todo promocionando el cuidado de las personas. Porque si algo está probado es que las personas cambian de posición, pero en todas las etapas de la evolución humana, éstas han sido y serán el motor de las organizaciones.